El Señor de Huamantanga de Jaén del Perú
Capilla improvisada después del terremoto de 1928 Señor de Huamantanga en la actualidad Auspicia: Boutique Katia < >

El Señor de Huamantanga de Jaén del Perú

Autor: Ángel Moreno Alberca

Auspicia: Boutique Katia

Los pueblos del norte del Perú veneran al Señor de Huamantanga de Jaén, cuya feria tiene como día central el 14 de setiembre. Los orígenes y culto de esta milagrosa imagen del Señor Crucificado están todavía envueltos en un velo de misterio, sin embargo, existen tradiciones orales, estudios de investigación y aproximaciones históricas que junto a los mitos y leyendas nos muestran la profunda fe y cosmovisión de nuestra gente, donde la casa de Dios no sólo son sus templos sino también la tierra donde viven sus hijos, y por eso debemos amarla y cuidar sus recursos: agua, suelos, bosques, flora y fauna.

Según el sacerdote jesuita José María Guallart, gran investigador y autor de varios libros sobre la zona nororiental del Perú, esta hermosa escultura de madera pertenece a la escuela clásica europea, sorprendiendo la perfección de sus rasgos anatómicos y su impresionante mirada. Imagen distinta a otras que fueron confeccionadas por manos indígenas, como la Virgen de los Dolores de la desaparecida Tomependa, o la antiquísima Santa Rosa de la Yunga.

¿De dónde vino?

El padre Guallart, en una de nuestras tertulias, nos confió que él había revisado todo el archivo colonial del Vicariato que está en la Parroquia de Jaén, y no había encontrado una sola pista. En todo caso, nos decía, la fuente más veraz, serían las tradiciones orales de los abuelos que de generación en generación contaban que lo trajeron del Ecuador; lo cual es posible por nuestra relación administrativa y política de pertenecer antes de la independencia, a la Audiencia Real de Quito.

En 1606, sesenta años después de la fundación española, Jaén tiene ya su iglesia, con su Patrón San Leandro, y aparece en el mapa de la conquista del capitán español Diego Palomino, que trazara en 1549. En el libro de bautizos de nuestra parroquia, hasta inicios del siglo XX se puede leer “bautizado en la iglesia de San Leandro de Jaén”.

Por otro lado, Martín Cuesta S.J. en su obra “Jaén de Bracamoros”, describe en el tomo IV, la visita del Monseñor Martínez de Compañón, Arzobispo de Trujillo, que realizara a fines del siglo XVIII a toda su diócesis, la cual incluía a estos territorios. Llegando al Jaén Viejo en 1783, aquel que estaba ubicado en el distrito de Santa Rosa, veinte años antes que los vecinos decidieran trasladar la ciudad a su emplazamiento actual en el valle La Quintana. En esta extensa gira, el arzobispo trujillano levanta el inventario de la iglesia matriz de Jaén, y hace constar a la Virgen de las Mercedes y la Virgen del Rosario (hoy restaurada en el obispado de Jaén), pero no menciona al Señor de Huamantanga.

Su culto y celebración podrían remontarse a la segunda mitad del siglo XIX. Nos relataba mi tía Trinidad Moreno, nacida en 1902, que de muy niña recordaba participar en esta fiesta, donde se iluminaba la plaza, encendiendo 4 fogatas inmensas, juntando leña en cada una de las esquinas. Los mayordomos se encargaban de la alimentación de la banda de músicos. Ella también confirmaba la procedencia ecuatoriana, que le contó su padre Artidoro Moreno Gutiérrez nacido en 1870, y de su abuelo Anacleto Moreno, que fuera alcalde de Jaén en 1,888.

Otro hecho relevante es el terremoto de 1928 que afectó a Jaén. Se destruyó toda la ciudad, quedando en pie sólo las casas de horcones y quincha; también sucumbió la iglesia, ubicada en lo que es hoy el local de la Universidad de Cajamarca, Sección Jaén, frente a la plaza de armas. Se encontró a la imagen boca abajo, pese que había caído de lo alto de su altar, sólo se había quebrado el dedo meñique de su mano derecha, lo que motivó más la fe religiosa. El dedo fue restaurado por un vecino de Chirinos don Juan Martínez.

En 1948, el diputado por Jaén, don Segundo Sergio Rodríguez, presenta en Lima, en la sede del Club Cajamarca, una monografía de Jaén, donde se puede leer que “…En Jaén, desde hace más de 50 años se celebra la Fiesta en honor al Señor de Huamantanga…”

Sus fieles lo han colmado de obsequios: Clavos de plata, corona, potencias y milagros de oro, plata y brillantes, de cientos de sudarios, anda de madera por los devotos de Catacaos. Los niños sueñan con crecer rápido para poder llevarlo sobre sus hombros, como lo hacen sus padres, otros le ofrecen hermosas ofrendas florales confeccionadas para su paso procesional.

Uno de los mejores homenajes, fue sin duda, a fines de los 80, la reubicación de la antigua feria pueblerina que se apoderaba y contaminaba el centro de la ciudad, impidiendo el paso triunfal de la procesión, a un campo ferial, gracias a la iniciativa de la Cámara de Comercio que presidía Armando Goicochea, apoyada por los directores de los centros educativos y aceptada por el Concejo Provincial. Asimismo el bosque de donde nace el agua que da vida y del cual depende el futuro de los distritos de Jaén, Huabal, Las Pirias y Bellavista, se llama “Bosque de Huamantanga”.

Muchas tradiciones se han perdido, como la bullanguera matraca, un cajón de madera con argollas de fierro, que era agitada durante la procesión. Igualmente la colocación de una niña vestida de ángel, sobre la cruz, para que derrame pétalos de flores. Pero de los ritos más significativos y que se conservan es la Ceremonia del Descendimiento, mediante la cual un grupo seleccionado de Santos Varones, se encargan de bajar la imagen de la cruz de madera y luego de hincarse de rodillas frente a la Virgen Dolorosa lo transportan en brazos hasta su anda, donde recibe la adoración de miles de fieles y peregrinos venidos de todas partes del país.

El muy recordado y querido párroco Alfonso Arana Vidal, invitaba a los mozos más fornidos de las familias católicas de Jaén, para integrar la cuadrilla de Santos Varones, quienes lucían una túnica blanca. Se recuerdan a don Dagoberto Requejo, Rómulo Deza padre e hijo, Floro Obando, Lolo Vílchez, Oswaldo Montenegro y sus hijos, los hermanos Manuel y Félix Ríos, Alejandro, Ezequiel y David Linares, y muchos más que con esmero cuidaron del Santo Patrón.

Señor de Huamantanga y virgen del Rosario

El Señor de Huamantanga y la Virgen del Rosario, constituyen lo más valioso de nuestro patrimonio histórico-religioso y son testigos de todo lo acontecido en la Provincia de los Bracamoros durante siglos. Oremos para que nos sigan bendiciendo y que estas tierras sigan conservando sus riquezas naturales y produciendo para el bienestar de sus hijos y los hijos de nuestros nietos.

Conociendo Jaén no se hace responsable por el contenido vertido por el autor.